Este martes la Universidad Panamericana recibió la visita de los Dromómanos Alejandra Inzunza y José Luis Pardo, quienes vinieron a presentar su libro Narcoamérica, crónica de un viaje monumental por Latinoamérica trazando las rutas del narcotráfico. Esta obra periodística obtuvo el Premio Nacional de Periodismo 2014 y el Premio Ortega y Gasset, también en 2014. Ahora escuchamos la historia desde la misma voz de sus creadores.

Juan Luis Pardo y Alejandra Inzulza | Foto: Diario UP

Diario UP pudo conversar con José Luis acerca del futuro de este proyecto, y del panorama del periodismo hoy en día.

Los Dromómanos han concentrado su trabajo precisamente en el área de América Latina. ¿Qué les atrajo de este territorio, tan extenso y tan complejo? «Latinoamérica era un contexto lógico», afirmó José Luis, «porque Ale es mexicana, y porque como yo soy español, hablamos el mismo idioma. A la hora de reportear teníamos menos barreras, nos entendíamos con la gente, tenemos culturas similares. Es un continente que, por lo menos Centroamérica, no es caro, y además Latinoamérica es fascinante, tiene muchísimo que contar, está llena de contradicciones, y enfocándonos en el narcotráfico en América podíamos ver toda la cadena: producción, distribución, tránsito, consumo».

Los Dromómanos ya piensan en ampliar sus territorios. ¿La siguiente aventura que preparan? África. «Estamos en fase de reproducción. Nos interesaría hacer un proyecto de más largo plazo, a lo mejor cinco años, y dividir por países y temas, manteniendo esta lógica de temas que unen regiones».

La incursión en tierras africanas abrirá la puerta a explorar nuevas problemáticas, contar nuevas historias. «Probablemente sigamos una parte con narcotráfico, pero también nos interesa el asunto del islamismo, los recursos naturales, o los conflictos civiles

La Dromomanía se hace presente en un momento de notable inquietud social, hecho que es sobre todo evidente en México. Sin embargo, la infinidad de protestas y movimientos ciudadanos no logran pasar de los bloqueos en las calles, quedándose tan sólo en exclamaciones de ira en vez de provocar un auténtico cambio. ¿De qué forma podría lograrse un movimiento efectivo y duradero?

«No lo sé», admitió José Luis. «Si voy a una manifestación es como ciudadano, no como periodista. Lo que pensamos, yo en particular, es que un periodista puede cambiar las cosas haciendo periodismo. El activismo es otra cosa. Hay colegas que tienen un pie en cada lugar y me parece muy respetable, pero nosotros lo que sabemos hacer es periodismo».

Durante la presentación de su libro, los Dromómanos dejaron en claro que su misión en el universo social y periodístico es arrojar luz sobre diversas problemáticas, con la esperanza de que posteriormente llegue a las manos correctas, a alguien con el poder de hacer la transformación práctica.

«Creo que el buen periodismo, una sociedad informada, es muy importante para cualquier cambio social», indicó José Luis. «La gente cuando tiene más conocimiento toma mejores decisiones, puede ver su realidad, la realidad del país mucho más claramente. Ésa es la función que hace el periodismo: informar a la gente para que tenga todas las herramientas posibles para tomar decisiones. Eso es lo que se puede hacer desde el periodismo para implementar algún cambio».

Y es que, en realidad, de este tema podrían desprenderse infinidad de preguntas, cuestionamientos y debates: ¿la información, estas investigaciones exhaustivas, existen como fin o como medio? ¿Cuántas veces nos hemos encontrado con extensos reportajes que nos retratan crueldades ante las cuales estamos atados de manos?

Tenemos la información, y no podemos hacer absolutamente nada. Sin embargo, es necesario saber, y a partir de ahí es que nos preguntamos si es válido investigar por la investigación en sí, por conocer y dar a conocer un hecho, o si la misión de cada búsqueda es aportar una solución más allá de difundir la situación.

«Yo creo que alguien investiga porque el tema afecta a un conjunto importante de la gente» es la opinión de José Luis. «La información, cualquier texto, acaba cuando llega al lector. Un texto que no se lee es un texto que no vale demasiado. El periodista no acaba el proceso de un texto: se acaba cuando la gente lo lee y tiene algo que decir, o la gente concluye algo respecto a ese texto. Siempre informas por algo más allá de informar por informar. La investigación es un medio para contarle a la gente cosas que necesitan ser contadas».

Sin embargo, nos encontramos en una era en la que predomina la incredulidad, en la que la gente parece haber decidido ya no aceptar absolutamente nada. México es un gran ejemplo de esta determinación a rechazar datos, principalmente cuando provienen de fuentes oficiales: cualquier pieza de información es inmediatamente diseccionada, cuestionada, negada. Son contados los medios que aún gozan del favor de su público.

Al respecto, José Luis fue contundente: «Sí hay espacios todavía, y lectores dispuestos a recibir periodismo de calidad. Y si hay una desconfianza, nosotros tenemos la responsabilidad de hacer las cosas mejor. Hay que ver otro tipo de temas, como la información oficial de parte del gobierno, que tiene un gran calado en la gente, pero básicamente lo que hay que hacer es tratar de interesar a la gente, ver cómo podemos  llegar a ese público, y cómo recuperar la credibilidad, si es que la hemos perdido, porque el periodista vive de su credibilidad. Si no tienes credibilidad no tienes nada».

La aventura que emprendieron los Dromómanos es sin duda algo que a muchos les gustaría vivir. Sin embargo, es imposible no sentirse intimidados ante la idea de abandonar toda estabilidad y dirigirse a algo cuyo resultado es incierto. Pero Alejandra y José Luis están convencidos de que, si hay un momento para actuar, es ahora.

«A esta edad no deberían tener miedo«, afirmó Alejandra. «En este momento no tienen grandes responsabilidades, e incluso estudiando pueden tener el tiempo que probablemente si ya trabajan en una redacción no van a tener para hacer investigaciones a largo plazo, a profundidad, explorando en el periodismo narrativo de investigación».

«Lo primero que deben hacer es buscar trabajo, meterse a los medios e ir acercándose a sus metas: si tienen planes de hacer un viaje como éste ir ahorrando, si su plan es trabajar en una revista que haga periodismo narrativo ir colaborando con ellos como freelance. Ir acercándose. Creo que el miedo tiene que venir después de los 40, cuando ya tienes hijos y responsabilidades, no a esta edad».

En opinión de José Luis: «Las crisis son oportunidades. Además, creo que lo que está en crisis es un modelo de periodismo, no el periodismo en sí. Hay una gran cantidad de gente deseosa de que le cuenten buenas historias, y a los periodistas nos toca llegar a esa gente. Si no puede ser con los productos que hasta ahora conocemos, los modelos que hasta ahora conocemos, pues nos toca inventar, reinventarnos. Creo que es una oportunidad súper bonita. El miedo hay que controlarlo, como todo. Es un poco arriesgado, pero estáis en la edad, si no os arriesgáis hoy no os vais a arriesgar nunca».

Los Dromómanos no dejaron lugar a duda. «Nuestra mentalidad», explicó José Luis, «era ‘si nos sale mal, ¿qué es lo peor?’ Hay que apostar, porque apostando es como se cambian las cosas, y sobre todo, si tú tienes algo que te apasiona, vas a trabajar mucho más en eso, vas a ser mejor. Yo no conozco a grandes periodistas que no les encante el periodismo. Esa pasión te va a mover a superar retos, a vencer el miedo, y de verdad a apostar todo tu trabajo y toda tu alma para hacer lo que tú crees que en tu profesión debes hacer».

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Michelle López