Nos adentramos cada vez más en la historia de los Chicago Bulls. Al principio, parecía que sólo se hablaría de la sexta temporada y sus altibajos, pero los capítulos III y IV de la serie The Last Dance (El último baile), tocan los puntos más sensibles de jugadores de los Bulls. En esta ocasión, hacemos un recorrido cuando el equipo es vencido por los Detroit Pistons. Además de aborda la historia de Dennis Rodman y el regreso de Scotty Pippen.

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Subieron en silencio al autobús. Los grandes y únicos Chicago Bulls habían sido abatidos por los bad boys de Detroit Pistons. Un delgado Michael Jordan se sentaba en el último asiento junto a su padre. Tenía el rostro hinchado. Su mente y corazón habían sido vencidos. No tenía forma de expresar lo mucho que le dolía no haber conseguido la victoria. Así que lloró. 

Su padre lo abrazó y le dijo: «Sólo es un partido. Prepárense y vuelvan para el próximo año». Michael respiró y reflexionó esas palabras. Tal parece que sería un verano muy largo.

Una derrota de los Chicago Bulls que se siente como victoria

En el año de 1989, los equipos del momento eran los Pistons y los Bulls. Ambos tenían a los mejores jugadores, la única diferencia era el físico y la maña dentro de la cancha. En esa época, la fama de Detroit se centraba en el siguiente apodo: Bad Boys (chicos malos). Esto se debía a que el espectáculo de los partidos de básquetbol de los 90, consistía en una lucha cuerpo a cuerpo entre los jugadores en la cancha. Una lucha, casi encarnizada por tener el balón. Cuyo principal objetivo era desorientar al oponente a base de golpes. 

Dentro del equipo de Detroit estaba Dennis Rodman. La pesadilla para el equipo de Michael Jordan en ese entonces.

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Imagina a la persona por la que hayas sentido mayor rivalidad. Ya sea un compañero de trabajo, hermano o amigo. Ahora imagina no poder vencerlo por una larga temporada. Así se sentía Jordan y el resto de su equipo. Por desgracia, ese año no fue la excepción, puesto que Detroit le quitó el gusto a los Bulls de conseguir la victoria. 

En palabras de Jordan, cuando eres derrotado de esa manera no te queda de otra más que mejorar. Entonces los comandados por Phil Jackson se negaron a descansar ese verano y regresaron más fuertes físicamente. Aquí nos adentramos en una gran lección que no solo funciona para los deportistas, sino para el ser humano en cualquier circunstancia. 

La victoria la consiguieron en el año de 1991 cuando vencieron a Detroit, se enfrentaron a los Lakers y ganaron a pulso su primer campeonato. 

Hagamos un equipo

El resto del capítulo trata sobre la transición de Dennis Rodman a los Bulls. El jugador era polémico debido problemas legales y darle una oportunidad parecía letal. Pero Phil Jackson, entrenador del equipo, confió en él porque sabía que era clave para el destino del equipo. Acoger a alguien nuevo en tu vida es difícil, se requiere acostumbrarse a su forma de ser, conocerlo, entenderlo y perdonarlo. A veces la vida te da segundas oportunidades en lugares muy extraño y si sigues ahí, ha de ser por una buena razón. 

Fue el mismo caso para Scotty Pippen. Solicitó volver a los Bulls y se le concedió. Fue entonces cuando Jackson comenzó a realizar un proceso de unidad donde Jordan parecía ser el más afectado. Era el jugador clave, todos los puntos salían de sus manos, pero si basas tu juego en un solo jugador, puedes dar por perdido el partido desde el inicio. 

Estos episodios del documental tocaron los puntos más sensibles de los jugadores: aprender a perder, esforzarse y nunca perder el objetivo que es ganar. El mejor perdedor es aquel que aprende de sus errores y regresa más fuerte que nunca. Por esto, los Chicago Bulls serán recordados por darle la vuelta a algo que en ese momento parecía imposible. Vencer a su mayor adversario.

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