Rafael Navarro es parte del orgullo mexicano desde estos años y su nombre estará para siempre en una montaña en Marte. Él era uno de los personajes más brillantes e importantes en el estudio espacial. En los últimos años, se encargó de dirigir los estudios sobre la composición de Marte. Desafortunadamente, a principios de año fue víctima de COVID-19 y falleció el 28 de Enero, dejando un legado de aportaciones científicas de significativas y considerables. La NASA para homenajearlo, ha decidido nombrar una montaña en su honor y se une al selecto grupo de científicos que tienen su nombre en planeta rojo. 

La vida de Rafael Navarro

Rafael Navarro González nació en 1959 en la Ciudad de México. Desde una temprana edad mostró su interés por el espacio exterior, ya que su infancia coincidió con el primer alunizaje en la Luna en 1969, el conocido Apolo 11. Esto lo llevó a ingresar a la Facultad de ciencias de la Máxima Casa de Estudios de México, UNAM. Se especializó en la biología y era de su interés la vida afuera del planeta.

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Su primer contacto con la NASA fue con un invitado de la universidad, con el que compartió puntos de interés y lo invitó a la dependencia espacial cuando acabase sus estudios. En ese momento, comenzó una de las carreras más prominentes de los últimos años. Al finalizar de su licenciatura, realizó un doctorado en la Universidad de Maryland. Para después, ser parte del Instituto de Ciencias Nucleares de la universidad.

El estudio del Doctor Rafael Navarro no se limitaba al estudio espacial, sino que también hizo investigación en la biología terrestre. Encontró la relación entre el papel de los relámpagos volcánicos y el origen de la vida en nuestro planeta.

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Sus aportaciones al estudio de Marte

A su vez, tenía una estrecha colaboración con la NASA, en el campo de la Astrobiología. Se encargó de dirigir una misión para detectar compuestos biológicos en el planeta rojo. Para lo anterior, ayudó a desarrollar un analizador de muestras en Marte, que estudia de forma portátil los compuestos encontrados en las misiones que se llevan a cabo en el planeta.

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Sus colegas en la NASA, de manera póstuma, le plantearon a la familia de Rafael hacerle un homenaje, nombrando a una montaña en su honor. La cumbre se encuentra al noroeste del cráter Gale y muy cerca de donde se encuentra actualmente Curiosity, un robot de exploración del planeta. Su legado es inmenso y muy importante para el estudio futuro de Marte. Rafael Navarro sentó las bases del estudio de la vida en el planeta rojo y su nombre estará inmortalizado en el mismo.