Las películas históricas nos muestran una interpretación del pasado, no obstante, hay algunas capaces de trascender, y se esfuerzan lo más posible en ponerse en los zapatos de la época.

A continuación te presentamos algunas cintas que se toman esa molestia y, ¿quién sabe? tal vez hasta podrían salvarle la vida a tu ensayo de la secundaria.

Tres películas históricas que debes ver

El regreso de Martin Guerre (1982)

¿Caballeros y reinos? Correcto. ¿Plagas y espada en la piedra? No realmente… ¿Hadas y dragones…?, no. 

El período medieval es uno lleno de concepciones erróneas o exageradas, por lo que filmes que no siguen esa tendencia son una joya absoluta.

Fue difícil elegir entre esta cinta y El nombre de la rosa (1986), pero usualmente la segunda es tan recomendada, que vale la pena destacar otro título que sobresale por ser imparcial.

La película gira alrededor de Bertrande, una campesina de la Edad Media que vio a su esposo partir a la Guerra de los Cien Años.

Al regresar, Martin luce distinto al roñoso y malhumorado esposo de Bertrande, retornando como un hombre excepcional para el niño que no vio nacer y un marido considerado con su desatendida esposa.

Ahora, Martin enamora a la gente; cuenta sobre sus viajes por Europa e inclusive América, desatando el pasmo y la intriga en los vecinos.

En aquí cuando surge un problema, arriba al pueblo un hombre con bastón, idéntico a Martin, con cicatrices de guerra, que señala al primero como un impostor que se robó su nombre; a pesar de tener ambos exactamente las mismas heridas en el cuerpo, un idéntico defecto dental, y hasta la marca de nacimiento. 

Basado en un caso histórico, la cinta es una montaña rusa de acontecimientos, cuyo giro inesperado nos tendrá rascándonos la nuca al igual que el jurado francés, que se vio obligado a resolver este caso en 1549.

Imagen: ElFinalde

El Patriota (2000)

Es bien conocido que Mel Gibson no es fan de la historia, Apocalypto deja mucho que desear, en términos de precisión. Al menos cabe destacar que este filme, no lo escribió ni dirigió él.

La cinta nos traslada a 1776, en plena independencia americana. Mel Gibson, es decir Benjamin Martin, se alista en el Ejército rebelde después de haber visto a los británicos asesinar a su hijo. A través de sus ojos, apreciamos la evolución de un país emergente: los Estados Unidos de América.

Pero uno tiene que fijarse en la película para entender su auténtico valor histórico: reconocer los ideales, por los cuales lucharon las Trece Colonias. Mostrarnos, en su máxima expresión, las tradiciones y la cultura norteamericana, apreciar sus ideales, y las motivaciones de sus actos.

So hear, hear!

Si los padres fundadores escribieran un ensayo, con mucha probabilidad, el resultado sería esta película.

Imagen: Academiaplay.es

Cartas de Iwo Jima (2006)

El señor Clint Eastwood es un director prolífico, y no requiere presentación de su carrera profesional.

Estrenó en los inicios del nuevo milenio un filme que daba un giro de tuerca a las historias de la Segunda Guerra Mundial, relatando cómo una potencia del Eje vivió aquellas trincheras, en la carne de un pacifista y caritativo joven de Japón, que fue reclutado por la fuerza.

Gracias a los medios, vemos al bando nazi como descorazonados monstruos, a los italianos como masoquistas enfermos de poder (Saló, ¿alguien?), y de los japoneses no cuentan cosas mejores; nadie puede negar las atrocidades que se cometieron, por la ambición de líderes fascistas que promovían la violencia, pero esta cinta nos demuestra que, si intentamos ver las cosas desde el ojo del antagonista, las cosas cambian radicalmente.

Para sustentar la historia, los escritores que contrató Eastwood basaron el guion en los libros escritos por el comandante que defendió la isla de Iwo Jima, en una misión suicida contra el desembarco norteamericano en Japón, y nos pone, no obstante, en los pies de un jovencito que desearía estar en su casa, con su adorable esposa y su hijo, detesta la violencia anhelando ver el final de la guerra.

Este filme consigue reacomodar nuestra mirada hacia los supuestos villanos de la historia, mostrándonos de una manera original cómo los bandos nunca son absolutos, ni tampoco lo es el espectro moral.

Una cruda reinterpretación de un suceso que cambió al mundo, pero uno que destaca como un fascinante esfuerzo por comprender el bando antagónico. Una hermosa cinta en toda su extensión, absolutamente recomendado.

Imagen: Film Affinity

¿Qué opinas al respecto? ¿Una película podría ser 100% fiel históricamente? ¿Qué títulos agregarías, y cuáles no?

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Fuente: Academiaplay.es

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