Los Ángeles.- Desde abstenerse de nombrar un maestro de ceremonias hasta entregar algunas categorías durante los comerciales, pasando por una idea abortada de premiar películas populares.

Los organizadores de los Premios Óscar luchan para mantener la relevancia de la noche más importante de Hollywood, mientras batallan con un sin fin de polémicas.

Fuente: AFP

A poco menos de una semana de la gala del 24 de febrero, la Academia del Cine de Estados Unidos combate el último escándalo de entregar cuatro premios: fotografía, edición, cortometraje y maquillaje, fuera de la transmisión, lo que ya ha sido catalogado por miembros de la industria como «estúpido» e «irrespetuoso».

El presidente de la Academia, John Bailey, informó a los miembros sobre el plan la semana pasada, asegurando que estaba en línea con la promesa de hacer un show de tres horas, una menos que ediciones anteriores.

Más de 40 reconocidos directores y responsables de fotografía, incluidos Quentin Tarantino y Spike Lee, firmaron una carta de protesta.

«Relegar estos oficios cinematográficos esenciales a un estatus menor para esta edición 91 de los premios de la Academia es nada menos que un insulto a aquellos que hemos dedicado nuestra vida y pasión a estas profesiones», indicó la carta abierta.

Alfronso Cuarón, cuya película Roma llega con 10 nominaciones, incluida dirección de fotografía, responsabilidad suya, dijo: “la medida marginaliza a actores fundamentales del séptimo arte”.

«En la historia del CINE se han hecho obras maestras sin sonido, sin color, sin historia, sin actores y sin música. No existe ningún filme sin cinematografía y sin edición», escribió Cuarón en Twitter.

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Lee, cuya película Infiltrado en el KKKlan tiene seis nominaciones, incluida mejor dirección, también expresó sus críticas.

«Como director, sin mi director de fotografía, editor, maquillador y estilista, no hay película», dijo, sugiriendo que la producción de la gala se deshaga de números musicales para cumplir con la meta de tres horas.

En una carta enviada a sus miembros, la Academia trató de aclarar el miércoles pasado su decisión, asegurando que, aunque los cuatro premios no se entregarían en la transmisión de televisión, se podrían ver en vivo por internet y que los discursos de los ganadores se presentarían luego del show.

Bailey también dijo que los cambios fueron aprobados por la Junta de Gobernadores de la Academia.

Un solo culpable

Esta nueva crisis llega justo después que la gala se quedara sin presentador por primer primera vez en 30 años.

El comediante Kevin Hart decidió abandonar el rol de maestro de ceremonias, luego de ser criticado con dureza por unos tuits homofóbicos de años atrás.

Ya antes, la Academia había causado asombro con la creación de una nueva categoría de los Óscar para premiar películas populares, una decisión que fue vista con un anzuelo para aumentar las audiencias.

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La medida se abortó poco después, tras recibir duras críticas.

Expertos de la industria coinciden en que la Academia es la única culpable de su descuidado manejo de estos escándalos recientes, cuando la organización pensó que había superado la tormenta de los #OscarSoWhite.

«No transmiten el mensaje de estos cambios que están tratando de hacer de la forma apropiada», dijo Anne Thompson, editora del blog de cine IndieWire. «En realidad, no parecen entender cómo funcionan las relaciones públicas en la actualidad, son una gran corporación que debería saber cómo desarrollar estas cosas».

Thompson señaló que si bien, la Academia está bajo mucha presión por la cadena ABC, que transmite en Estados Unidos la ceremonia, para recortar la gala y subir los niveles de audiencia, este tipo de medidas contradicen su misión de celebrar el cine.

«La razón por la que estos premios son tan confiables y poderosos es porque son el producto de la votación de los respetados artistas que hacen las películas», dijo.

AFP