Tom Cruise ha logrado salvar al mundo en un sinfín de ocasiones, así como LeBron James ha encontrado la manera de rescatar a cada franquicia en la que ha jugado. Por ello, después de pasar las últimas cuatro campañas en Cleveland, el “Rey” ha decidido cambiar de colores para defender ahora el jersey de los Lakers y cumplir una última misión: traer de vuelta el “Showtime” a la ciudad de Los Ángeles.

Todos recuerdan a “Magic” Johnson, Kobe Bryant y los múltiples anillos conseguidos por Phil Jackson, pero los años recientes han sido un total fracaso. Con marcas perdedoras y un proceso de reconstrucción que no pudo arrancar del todo hasta el curso pasado con la explosión de Lonzo Ball y el ala-pívot Kyle Kuzma, la franquicia de Jeanie Buss se perfila para hacer valer el nombre de la marca otra vez.

En la temporada 2017-2018 Ball y Kuzma, junto con Brandon Ingram y el coach Luke Walton, colocaron una sonrisa en la afición de los púrpura y oro, al haber rebas ado las 30 victorias, pero ahora, con el arribo de LeBron, las metas de esta construcción tendrán que volverse más ambiciosas. Tener a uno de los mejores jugadores de la historia, si no es que al mejor, cambia el panorama en un santiamén.

No hay que ir tan lejos para comprobar lo cierto que es eso, pensemos solamente en los Cavaliers que cargó James durante el último año. La décimo quinta travesía del “Rey” en la NBA contó con el calibre para impulsarlo en la pelea por el reconocimiento a Jugador Más Valioso del torneo. Sus números son un claro ejemplo de ello, considerando que ya cuenta con 33 años de edad: 27.5 puntos por partido, cerca de 10 asistencias por encuentro, 8.6 rebotes, 1.4 robos y un aproximado de una tapa por duelo.

Si faltara algo para hacer más claro el peso de este alero, solo hay que voltear al curso de los Cavs. La quinteta de Tyronn Lue consiguió 50 victorias en los 82 partidos disputados en la temporada regular y, en ellos, su antiguo número ‘23’ se colocó como el basquetbolista con más juegos, el mejor promedio de puntos por partido, la media más alta de asistencias y robos, mientras que solo Kevin Love lo superó en el departamento de rebotes, al haber alcanzado un promedio de 9.1.

Más adelante, en la postemporada, el poderío del nuevo alero de los Lakers no se desvaneció, ni contra Indiana, ni contra Toronto y mucho menos en la disputa por el título de conferencia ante los Boston Celtics. Quedarán para la historia los 45 puntos en el Juego 7 ante los Pacers, el tiro sobre la chicharra en el tercero de la serie ante los Raptors y el desgaste total que tuvo en 48 minutos jugados ante los Boston Celtics de Kyrie Irving y Jayson Tatum en enfrentamiento definitivo para llegar a las NBA Finals.

Cabe destacar que los últimos compañeros del nacido en Akron, Ohio, no estuvieron a la altura de las circunstancias. Tal fue el caso que, a mitad de temporada, la directiva y Lue tuvieron que tomar medidas para salvar el barco; la decisión fue darles salida a profesionales como Isaiah Thomas e incorporar a jóvenes explosivos como Jordan Clarkson y Larry Nance Jr.

Este será el tercer uniforme distinto que vestirá LeBron en la NBA. | Fuente: Los Angeles Lakers Twitter

La fórmula funcionó de momento, pero el resto de la plantilla, como J.R. Smith, Tristan Thompson y Rodney Hood, no pudo dar el ancho necesario para pensar en el campeonato. El último de estos, después de llegar como una pieza clave para salir desde la banca, apenas pudo superar la decena de unidades por encuentro y se quedó por debajo de contar con una media de tres en los demás rubros.

¿Si aun con esas debilidades la franquicia se quedó cerca de alcanzar el título, será que con los Lakers LeBron James lo consiga en su primer año? La respuesta es probablemente no.

Podemos estar seguros de que, con los jóvenes angelinos y las nuevas incorporaciones, los Lakers volverán a los Playoffs esta temporada. Rajon Rondo, Michael Beasley, Lance Stephenson y JaVale McGee podrán ser fichas importantes, pero hace falta una figura más para pensar que el equipo de “Magic” pueda pelear ante conjuntos consolidados como los Golden State Warriors, Houston Rockets, Oklahoma City y los San Antonio Spurs de Greg Popovich.

La fórmula para el éxito de Walton y sus pupilos no será que James haga todo el trabajo, como en Cleveland, sino que Ball, Kuzma e Ingram, tienen que dar su salto de calidad para poder jugar dignamente al lado de su Majestad.

Es hora. Los Ángeles ruegan por tener devuelta sus años de gloria dentro del Staples Center y LeBron puede ser el indicado para comenzar ese regreso tan esperado. La exigencia será igual de intensa como lo fue en su llegada al Miami Heat y su segunda etapa con los Cavaliers. El campeonato vuelve ser la línea final y las leyendas de la franquicia ya esperan darle la bienvenida a una de las dinastías más exitosas en la historia del basquetbol.

 

 

Jorge A. Herrera Navas