El trabajo documental del fotógrafo mexicano Arturo Bermúdez fue el punto de partida del documental que el día de ayer, 25 de noviembre, presentaron cuatro alumnos de Comunicación UP –Óscar Preciado, René Toro, Javier Rincón y Daniela Villalobos– en la Muestra de cine documental, organizada por la doctora Alma Delia Zamorano como parte de la materia Cine documental.

El libro El último leprosario es un proyecto de más de tres años en el que Bermúdez cuenta la historia de un grupo de ancianos que vive en el Hospital Doctor Pedro López, el último en México para tratar la lepra. En este lugar, que llegó a albergar a más de mil pacientes con esta enfermedad, quedan únicamente nueve personas de entre 80 y 90 años, cuya vida se desarrolla de manera única: los enfermos son, por decreto presidencial, propietarios del lugar. El hospital fue inaugurado en 1939 con el objetivo de ser no sólo un espacio para el tratamiento de la enfermedad sino un refugio para quienes eran despreciados por su condición.

Durante la presentación del documental Castigo divino, enfermedad santa el fotógrafo se mostró alegre de que los cuatro estudiantes retomaran el tema de la lepra en México a partir de su trabajo fotográfico. «El libro es una pauta para que investigadores y estudiantes de comunicación continuaran el trabajo», dijo.

Expresó que siempre tuvo la intención de hacer un proyecto multimedia, algo que los alumnos finalmente lograron durante este semestre. Además, relató su experiencia: conoció el tema gracias a la propuesta de un reportero freelance que envió su trabajo pero sin imágenes, por lo que la consigna inicial del fotógrafo era ilustrar el reportaje, para lo cual tuvo únicamente dos días. Arturo contó que el impacto visual fue tal que decidió hacer un trabajo más amplio; los meses que trabajó documentando la vida en este lugar le permitieron conocer a sus habitantes y todo desembocó en una importante lección de vida: pese a su enfermedad, ellos manifiestan un gozo único por la vida, lo que nos hace ver que sin importar nuestra condición debemos tratar de disfrutar la vida. «Pienso en mis amigos», dijo el fotógrafo refiriéndose a los pacientes, «y en las ganas que tienen de que sus historias sean contadas».

Después se proyectó el documental, que aborda los prejuicios que a lo largo de la historia han existido alrededor de la lepra –como que era un castigo divino–, explica qué es y cuál es su estado actual en el mundo, además de su presencia y tratamiento en México. Su premisa: que no es ni un castigo divino ni una enfermedad santa sino una cuestión biológica que desde siempre ha reclamado una mirada de solidaridad, respeto y dignidad.

Los alumnos compartieron su experiencia, desde las dificultades que tuvieron para obtener material audiovisual hasta los que consideran los aprendizajes más importantes, que poco tienen que ver con la técnica y más bien con la gente que llegaron a conocer: el encuentro con el otro. No juzgar porque todos somos seres humanos, que todos merecemos contar nuestra historia y ser escuchados, y que nadie debe ser recluido son algunas de las reflexiones que compartieron los estudiantes.

De entre todo Dany, Óscar, Javier y René destacaron la importancia de conocer esta enfermedad y las historias que en México hay como consecuencia de ella. Resaltaron los valores de solidaridad y respeto, y compartieron con los asistentes la experiencia personal de haberse hecho amigos de los pacientes. «La vida es mejor si tienes más amigos que enemigos», finalizó uno de ellos.

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 Marcela Méndez