Un día estás con tus amigos, platicando y riendo. Odias las clases de siete de la mañana, pero disfrutas ir a comprar unos chilaquiles en Campana. Pasa el día como cualquier otro, vas a clases, comes algo en la cafetería y te despides de tus amigos. Jamás te hubieras imaginado que el abrazo de “te veo mañana” fuera el último en un largo tiempo.

De un día para otro se cancelan las clases por prevención, nadie está demasiado preocupado. Varios  pensamos “qué rico, se extiende el puente” pero ese pensamiento no tardó mucho en pasar a un “ya quiero regresar y ver a mis amigos”. Todos estamos nerviosos por lo que pueda pasar. Una mezcla entre añoranza y desesperación invade los hogares.

Nos hemos visto forzados a quedarnos en nuestras casas, si bien no es algo obligatorio, preferimos hacerlo por el bien de todos.

Refrescamos tantas veces el feed de Instagram que comenzamos a dibujar frutas, compartir canciones que inician con una letra o postear nuestra foto favorita de nuestros amigos. Hemos encontrado tantas maneras de estar más cerca y reforzar los vínculos. Nos sentimos conectados con ellos, pero la distancia sigue siendo una barrera. Queremos verlos, abrazarlos, reír juntos nuevamente sin que una pantalla nos separe.

 

Sin embargo, seguimos unidos. Desde el foráneo que regresó a su hogar, hasta el chilango que se reencontró con el suyo.

Cruzamos barreras y entramos a la casa de los profesores;,escuchamos a sus mascotas, conocimos a sus hijos y sufrimos juntos las fallas del internet. No faltó quien estuviera en pijama en la clase o aquél que aprovechó para cocinarse un huevito, pero son esos pequeños momentos los que le dan alegría a este aislamiento.

 

Somos la generación que rompe el obstáculo de la distancia y se mantiene conectada sin importar qué. Buscamos las maneras más graciosas y raras de permanecer juntos y sobrellevar esta cuarentena agridulce.

Sí, es frustrante estar encerrado y no ver a los que quieres, pero ahora sabemos cuánto los extrañaríamos si dejáramos de verlos para siempre.

Pronto acabará todo esto y nos veremos de nuevo. Nos reuniremos en Cielito o tal vez en MediaLab, o en la cafe. Desayunaremos con doña Lety o aprovecharemos el 2×1 los miércoles.

Volveremos a estar juntos una vez más. Lo sé.