Platicamos con The Oaths antes de su presentación por el sexto aniversario de Arts & Crafts.

Facebook oficial

Me encontré a los chicos de The Oaths afuera de la oficina de Arts & Crafts, cuatro barbones que se encontraban fumando. De manera amigable me invitaron a pasar a la casa, una vez dentro de ella fuimos a un cuarto donde nos sentamos y comenzamos a platicar.

Abarcamos una variedad de temas, desde su nombre hasta su sonido particular y ecléctico: “Honestamente la palabra (Oath) sonaba muy bien, tiene un significado chido, nos gustó cómo sonaba, no es porque lo leímos en algún libro de un poeta que nadie conoce, ni nada por el estilo. Realmente nos parece que era un buen nombre”, comentó Arturo Lamadrid, tecladista del grupo.

Al preguntarle sobre las dificultades de ser una banda de provincia, los integrantes señalaron el crecimiento en particular de la escena tapatía, pero aún así hicieron énfasis en lo centralista de nuestro país, ya que la mayoría de los eventos culturales, disqueras y oportunidades se encuentran en Distrito Federal.

Son una propuesta fresca y, por sus respuestas, es correcto concluir que tienen una idea de cómo quieren sonar y la música que quieren hacer, ellos se consideran a sí mismos como un grupo que incursionó en el sonido synthpop de la escena de Guadalajara: “En ese entonces creo que no había algo así sonando en Guadalajara, pero todo mundo lo estaba haciendo en un cuarto. Siempre he dicho que hubo una memoria colectiva, todo mundo nos dimos cuenta de que faltaba un sonido en Guadalajara.”

 

 FacebookTwitter

 Moisés Hipólito