La moda es sumamente compleja y está conformada por una inmensa cantidad de factores: estética, creatividad, estadísticas, millones de dólares, empresas, pero sobre todo movimientos culturales.

La historia y el contexto cultural afectan lo que la gente usa, y lo que se ve en pasarela. Un claro ejemplo fueron las pasarelas de alta costura después de la Segunda Guerra Mundial; las colecciones fueron grises y un poco tristes, pues no hubiera sido apropiado sacar colecciones rosa pastel después de la muerte de millones de personas.

Existe un mundo inmenso fuera del Paris Fashion Week, un universo de expresiones culturales. No siempre son estrictamente estéticas ni tendenciosas, sin embargo, existen y vale la pena hablar de ellas.

Un claro ejemplo es el gorger de la cultura gitana. Esta última, es una cultura incomprendida, rechazada, y muy machista. Una gitana no puede estudiar, se dedica exclusivamente al cuidado de su casa, debe tener un comportamiento intachable y mientras su vida sexual debe ser inexistente hasta el matrimonio, su vestimenta debe ser lo más provocativa posible, un poco contradictorio, ¿no crees? A pesar de esto, el estilo gitano ha tenido un impacto significativo en el streetstyle, hay personas que incluso lo mezclan con más estilos: gótico, hippie, entre otros. 

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¿Qué es el gorger?

Mientras el gorger se relaciona normalmente con vestidos pomposos llenos de piedras Swarovski, no es solo eso. Lo gitano ha llegado a ser trend, sobre todo cuando Giorgio Armani nos mostró su visión de esta cultura versión haute couture, como diría él mismo: la diferencia entre estilo y moda está en la calidad. 

Cultura gitana

Los gitanos tienen una cultura extraña, pero definitivamente más de un diseñador se ha inspirado en sus sensuales atuendos bohemios: faldas largas con juegos de volumen (ajustadas de arriba y más relajado de la rodilla hacia abajo), croptops en juego, mangas largas, patrones, sandalias con pedrería, transparencias y sensualidad.

Volviendo a que la moda es el reflejo de contextos sociales determinados, sin duda alguna, el gorger es un claro ejemplo de cómo la hipocresía de la cultura gitana se plasma en la moda: una mujer pierde su valor humano si inicia su vida sexual antes del matrimonio, pero al mismo tiempo debe mostrar su cuerpo a aquellos que las desvalorizan.

De algún modo, muchos diseñadores han contribuido a convertir esta cultura machista en arte, glorificándola. La moda no es solo ropa, es un reflejo de lo que sucede en la vida de millones de personas: en este caso de una cultura machista. Debemos aprender a ver más allá de lo evidente, y darnos cuenta que ninguna tradición está por encima de la dignidad humana.

Foto: Pinterest

Foto: Black Diary