¿Te has preguntado qué significan los cuetes que se escuchan de pronto en la ciudad? ¿Alguna vez has visto una feria instalada en algunas calles o colonias? Probablemente, la razón sea que una fiesta patronal se está llevando a cabo.

Parte de la herencia hispana se sigue viendo reflejada en las tradiciones católicas de los mexicanos: es costumbre que cada comunidad tenga una parroquia y un santo patrono a quien se le encomienda la protección del lugar.

Las fiestas patronales son celebraciones anuales que los residentes de un pueblo o lugar organizan a su santo patrono, movidos por su fe y devoción. Representan una oportunidad de convivencia social y ofrecen un espacio espiritual que complementa a las expresiones religiosas cotidianas, tales como las misas y procesiones.

“Han permanecido a lo largo del tiempo, desde que yo era chiquita”, confiesa Doña Gloria, quien a sus 72 años continúa asistiendo a la fiesta patronal de su pueblo San Mateo Tecoloapan en el Estado de México.

La asistencia a este tipo de fiestas no es exclusiva de los locales: cualquier visitante puede participar en las actividades planeadas que van desde salir en procesión con el santo por las calles de la zona hasta bailables folclóricos, banda y juegos pirotécnicos.

 

Los habitantes de San Mateo Tecoloapan pasean a su Santo Patrono en andas por sus calles. Foto: Daniela Rodríguez.

 

En el pueblo de San Mateo Tecoloapan, ubicado a una media hora de la Ciudad de México, los pobladores mantienen vivos algunos elementos esenciales de las fiestas patronales. Es tradición que el día del santo se inicie cantando las mañanitas en la iglesia y se adorne la entrada del recinto con una portada floral, la cual es elaborada por miembros de alguna familia originaria del lugar.

 

La familia Santillán elabora artesanalmente, año con año, la portada que adornará la entrada a la Parroquia de San Mateo Evangelista. Foto: Daniela Rodríguez

 

Durante la celebración, se cierran las calles y se instalan puestos de comida que pronto aromatizan la zona con pan artesanal recién salido de los hornos, grandes buñuelos apilados y elotes asados en comal. El colorido de los dulces mexicanos y las luces y música de los juegos mecánicos de la feria acompañan a la celebración para darle un carácter más social.

 

La feria que acompaña a la fiesta patronal se instala en las calles de la comunidad. Foto: Daniela Rodríguez y Cortesía de Memorias de San Mateo Tecoloapan.

 

Finalmente, la fiesta patronal no estaría completa sin los toritos y el castillo pirotécnicos que iluminan el atrio de la iglesia con imágenes alusivas al santo y a la religión.

“Nosotros presentamos un diseño y presupuesto al párroco del pueblo, construimos el mero día el castillo con más de 15 kilos de pólvora”, comenta Andriana Sánchez, miembro del grupo Pirotecnia Sazu.

 

El grupo Pirotecnia Sazu, originario de Tultepec, lleva más de 20 años desempeñando en esta actividad. Foto: Daniela Rodríguez

 

Las fiestas patronales se organizan con meses de anticipación: los colectores de la parroquia visitan casa por casa del pueblo para pedir una cooperación con la cual se sustentan los gastos de la celebración. Incluso, algunas veces, aportan anualmente oriundos que ya no viven más en el pueblo, pero que continúan apreciando la tradición.

Estas fiestas son de gran relevancia para las comunidades porque, a través de ellas, los individuos reafirman su identidad local y mantienen viva una tradición de antaño. Representan una dosis de folclore para el ecosistema digital que nos rodea.

 

Los juegos mecánicos y puestos de feria generan un ambiente colorido y animado. Foto: Daniela Rodríguez y Cortesía de Memorias de San Mateo Tecoloapan.

 

“Desgraciadamente, ya en las ciudades se ha perdido mucho la fe y devoción en un santo por diversas razones de la modernidad, pero seguimos invitando a todo el mundo para que conozca las fiestas”, declara el párroco Juan Luna Bravo, quien dirigió los festejos patronales en el pueblo de San Mateo Tecoloapan.

Independientemente de si somos creyentes o no, las fiestas patronales son una oportunidad para conocer un aspecto de la cultura mexicana que poco a poco ha ido cayendo en el olvido.