El Partido Acción Nacional renovará su dirigencia nacional el próximo 11 de noviembre. Diversas manos se levantaron para encabezar a esta fuerza, sumida en una crisis después de la derrota del pasado 1 de julio.

En el marco de la contienda interna, MediosUP platicó con José Luis Espinosa Piña, exdiputado federal y exdirigente estatal del PAN en Michoacán, quien aspiraba a liderar el partido, pero no consiguió las 28 mil firmas necesarias para registrar su candidatura.

Solo consiguieron los apoyos necesarios quien fuera el coordinador de los diputados blanquiazules en la pasada legislatura, Marko Cortés -cercano al excandidato presidencial Ricardo Anaya- y Manuel Gómez Morín, nieto del fundador homónimo del partido.

Sobre el motivo principal para perseguir la dirigencia, Espinosa Piña denunció el alejamiento de esta organización de la sociedad: “El PAN era un partido abierto a los ciudadanos. Han pasado cinco años con un partido que no se abre a la nueva filiación de miembros. Se ha convertido en un instrumento al servicio de las cúpulas, de los grupos de interés”.

Ante el ambiente de polarización que ha rodeado el actual relevo de la dirigencia, el entrevistado acusó la falta de piso parejo entre los contendientes.

“Es evidente que hay un candidato con mayores recursos políticos y con cercanía a la dirigencia nacional del PAN. Este candidato cuando anunció su candidatura lo vimos rodeado de gobernadores, ¿qué está comunicando esto? que hay un candidato oficial”, expuso.

Espinosa aclaró que la costumbre característica de Acción Nacional para elegir a sus candidatos y dirigentes por medio de asambleas y comisiones se perdió debido a conflictos de interés.

“En los últimos años, unos cuantos han decidido a nombre de los demás”, enfatizó. “Las decisiones cupulares ahora son la constante, incluso se determinó por muy pocos, en cuatro paredes, que fuéramos (en las elecciones de 2018) en una alianza donde la mayoría de los panistas no estábamos de acuerdo”.

En este sentido, dijo que, en un futuro, no ve otra coalición con el PRD y Movimiento Ciudadano.

Las coaliciones tienen que ser por un proyecto de cambio, no para que alguien pueda agallandarse el poder, como fue el caso de Anaya”, expresó. “¿Dónde está la coincidencia programática, histórica y de visión de país entre Acción Nacional y el PRD? son doctrinas completamente diferentes”.

Ante la mayoría parlamentaria de Morena, de más de 250 diputados, y la pequeña bancada del blanquiazul, de solo 79 legisladores, Espinosa Piña describió el papel que deben jugar los blanquiazules en la LXVI legislatura: “Acción Nacional está llamado a ser el partido de oposición, a ser un contrapeso y un punto de equilibrio para la gobernabilidad democrática del país. El PAN debe de ser exigente con que se cumpla el Estado de Derecho, tiene que ser un partido que se convierta en voz de la sociedad civil”.

Para poder cumplir cabalmente con este papel, precisó, es de gran importancia la renovación de la cúpula partidista.

Sobre la candidatura de Marko Cortés, quien lanzó una “plantilla única” con el apoyo del exsenador Héctor Larios, Espinosa Piña expresó su opinión: “Es la planilla del stablisment, del grupo que en este momento controla al PAN. Larios fue mi coordinador parlamentario cuando fui senador, creo que es un hombre que merecía otra posición porque está mucho más curtido en asuntos de política y tiene más experiencia que Cortés”.

El pasado miércoles 3 de octubre, en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN, Espinosa Piña y el diputado federal Ernesto Ruffo -quien también buscó sin éxito registrar su candidatura a la dirigencia partidista- hicieron público su apoyo a Gómez Morín, frente a la propuesta de Marko Cortés.