En las turbias aguas de Xochimilco habita un anfibio con una habilidad única: si es herido, puede regenerar sus tejidos u órganos afectados en un par de semanas. A primera vista, parece una simple salamandra bebé pero, según los expertos, la riqueza de su ADN tiene un gran potencial para revolucionar el tratamiento de distintos padecimientos, pero solo si logra sobrevivir a la crisis por la que pasa. Se trata del ajolote y cada año está más cerca de su extinción. 

Esta especie es endémica de los humedales al sur de la Ciudad de México, declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO y amenazados por la contaminación, urbanización e inclusión de especies ajenas al hábitat, como la tilapia y la carpa. 

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Según el censo realizado por el Instituto de Biología (IB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 2004 había  en esta zona mil ajolotes por kilometro cuadrado; en 2008, el número bajó a 100; y en 2014, había solo 36. 

Desde entonces, la situación solo ha empeorado. En el último censo levantado el año pasado por el Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) no se encontraron ajolotes en el lago de Xochimilco. 

Mijael Pérez Díaz, biólogo egresado de la UAM, describió como deplorable el estado de las zonas lacustres en Xochimilco, debido al alto índice de metales en las aguas, y al aumento de la actividad agrícola en la zona, que se traduce en desechos y la contaminación con pesticidas. 

“El ambiente de los lagos esta tan perturbado y tan contaminado, que es muy difícil regenerar el ecosistema, y es casi imposible que vuelva a hacer lo que era antes”, sentenció. 

Pero más allá del interés científico, el ajolote juega un papel central en la preservación de Xochimilco. Este anfibio sirve como indicador de alteraciones en el ecosistema y es depredador de distintas plagas, como la larva.

Cortesía: CONAFOR

De ahí, la preocupación de los habitantes y trabajadores de la zona, quienes ven, con el paso de los meses, cómo su entorno o medio de subsistencia se deteriora. 

Emilio Sánchez, líder de los embarcadores, compartió su molestia por lo que consideró la poca acción del gobierno de la Ciudad de México para revertir la situación, pese a las múltiples denuncias que se han interpuesto. 

“La autoridad, que es la que regula, no hace lo conveniente, y como pueden ver, no hay ni una cuadrilla de la delegación o del gobierno. Si hicieran su parte, otra cosa sería. Queremos que se responsabilicen”, sentenció.

 

Un esfuerzo coordinado

Como medida para intentar salvar al ajolote y Xochimilco, diversas instituciones, como la UNAM y la UAM, han puesto en marcha una serie de iniciativas. Una de estas es el proyecto “Refugio Chinampa”, encabezado por Luis Zambrano, investigador de la máxima casa de estudios del país. 

 “Con la ayuda de más de 20 chinampero, (se busca) mejorar las condiciones de los canales, hacer agricultura tradicional, quitar pesticidas, quitar fertilizantes, generar refugios para ajolotes en donde el refugio sea el hábitat perfecto para que el ajolote sobreviva”, dijo Zambrano, según fue citado por el periódico Excélsior. 

Cortesía: Instituto de Biología

Por otro lado, la UAM trabaja en la reproducción en cautiverio de la especie, para posteriormente liberar los ajolotes en sitios menos contaminados, como el humedal de San Gregorio, en las afueras de la Ciudad de México.