Más de 2 mil ex colaboradores del régimen nazi cobran pensiones, lo cual incomoda cada vez más en Alemania, donde se presiona a las autoridades federales para que esclarezcan quiénes los beneficiados.

 

El caso salió a la luz el 20 de febrero pasado,  cuando los diputados belgas votaron una resolución que apuntaba a poner fin a los giros del estado regional alemán de una pensión, por invalidez a 18 combatientes belgas que colaboraron entre 1939 y 1945 con Alemania.

 

La conmoción que provocó el caso obligó al Gobierno federal, que no paga directamente las pensiones, a aportar claridad sobre este episodio de la posguerra, desconocido incluso por los historiadores.

 

Este sistema de pensión se instauró en 1950 e inicialmente debía beneficiar a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, civiles o militares, incluso excombatientes enrolados voluntariamente o por la fuerza en la Wehrmacht.

 

Los ex SS, guardias de campamentos de concentración o personas condenadas por crímenes de guerra, están en principio excluidos de la pensión, pero se pudo haber beneficiado a personas que no eran elegibles, como lo señaló en 2017, sin reacción en esa época, el político del partido Verde Volker Beck.

 

En total son 2 mil 33 personas las que cobraron en febrero esta pensión, que en algunos casos puede alcanzar hasta los mil 300 euros mensuales y que el periódico Bild bautizó como «la pensión de Hitler». De ellas, 38 están en América Latina.

 

La serie de "Persiguiendo a Hitler" busca resolver dudas del trabajo del antiguo Führer y distintas teorías de la época.

La serie de «Persiguiendo a Hitler» busca resolver dudas del trabajo del antiguo Führer y distintas teorías de la época. | Fuente: Facebook Bestias Nazis

 

El Gobierno teutón afirma que no sabe cuántas personas en total cobraron este dinero desde la creación del dispositivo y se ampara en la protección de los datos personales para no revelar ni la identidad ni el perfil de los beneficiarios.

 

En todo el continente americano, 409 personas cobran la pensión, 250 están en Estados Unidos, y en Canadá hay 121personas.

 

En Europa, son mil 532 que la reciben. Solo en Polonia suman 537, según las cifras transmitidas la semana pasada por el Ministerio de Trabajo.

 

Entre los beneficiarios en Polonia no hay rastros de “verdugos”, según la Embajada de Alemania en Varsovia, que garantiza que cada legajo fue estudiado meticulosamente.

 

El monto total de las partidas destinadas a estas pensiones llega a 783 mil 740 euros mensuales.

 

El Gobierno alemán había endurecido las reglas en 1998 para evitar que cobren la pensión aquellos que hubieran violado los principios de humanidad o el Estado de derecho durante el reino del nacionalsocialismo. Pero esta nueva regla solamente se aplicaba a las personas que presentaron un formulario de inscripción luego de noviembre de 1997.

 

Las autoridades estudiaron a los beneficiarios y dejaron fuera del dispositivo a 99 personas que la cobraban a pesar de su pasado oscuro entre 1939 y 1945.

 

Pero, según el Centro Simón-Wisenthal, son unas 70 mil personas las que habría que haber suprimido como beneficiarias.

 

Desde entonces, ningún ex SS o criminal de guerra la cobró, o al menos es lo que cree saber el Gobierno alemán.

 

La opacidad de un dispositivo cuya competencia se divide entre los estados regionales y el Estado federal provoca un malestar cada vez mayor.

 

El activista Serge Klarsfeld, quien dedicó una parte de su vida a rastrear y perseguir a los ex nazis, dijo estar consternado debido a que la Alemania democrática manifieste su reconocimiento a los que combatieron en las fuerzas nazis.